Las turbulencias de la guerra de los príncipes pareciera haber quedado atrás, ahora que el antiguo orden murió, agonizando lentamente, los antiguos abrazaron una nueva forma, algo que no muchos toleran. pero mientras las mascaradas parecieran tomar la oscuridad de la noche, cuando la sangre sale a borbotones para saciar a los nuevos señores de Normandia, el Ángel de la muerte asoma, y basta una mirada de su ojo vacio para caer fulminado por el sueño del Tártaro.
Los grandes Señores beben escarlata, pero en sus palacios suntuosos son incapaces de sentir el calor de las hogueras, que claman purificación, los soldados santos han llegado a Rouan, y no se irán fácilmente, basta solo una traición para que las campanas toquen a rebato en esta ciudad de cien iglesias, y su clamor despertara a los horrores oculto y sepultados
La ultima Bestia, pero no el ultimo monstruo, aun así quedan rescoldos del antiguo mundo, viejos terrores que se niegan a dejar a tras los tiempos mejores, oscuros, los últimos auténticos herederos de una forma de ver y gobernar que domino el mundo por milenios, ahora cazados y despedazados por sus chiquillos, y por sus iguales, los cuales abandonaron sus antiguas ideas, su antiguo espíritu, para poder vivir en este nueva era del Hombre.
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